¿Qué pasa con tu marca cuando los socios no comparten la misma visión?
Cuando se habla de una marca, muchas veces pensamos únicamente en su logotipo, en la estrategia de marketing o en los productos que representa. Pero detrás de cada marca hay algo mucho más profundo: la visión y los valores de quienes la dirigen.
Lo interesante es que muchas de las marcas que desaparecen del mercado no lo hacen porque sus productos sean malos o porque el mercado sea demasiado difícil. La verdadera razón suele estar dentro de la empresa: en los conflictos entre los socios.
1. La marca es un ente distinto a sus socios
Algo que pocas veces se entiende de manera intuitiva es que la marca es un ente independiente de quienes la crearon. Aunque legalmente es una propiedad, tiene una naturaleza intangible: con el tiempo cobra fuerza propia, se posiciona en la mente de los consumidores y se mueve en el mercado como si fuera una persona moral.
Si los socios tienen visiones o valores distintos, esto afecta directamente a la marca. Y no hablamos sólo de decisiones estratégicas: lo que ocurre en la relación entre socios se filtra hacia la cultura de la empresa y, por consecuencia, hacia lo que perciben los clientes.
2. No es sólo un tema de comunicación
Puede parecer que estos problemas se resuelven “hablando más”, pero no es tan simple. Las relaciones entre socios son complejas. Para que funcionen a largo plazo, se necesita claridad en tres niveles:
Legal: Tener acuerdos y contratos claros. Esto abarca desde el derecho societario y civil hasta definir cómo se tomarán las decisiones importantes.
Estratégico: Contar con una visión compartida sobre el rumbo de la empresa y la marca, entendiendo su papel en el mercado.
Humano: Reconocer que cada socio tiene experiencias previas, bloqueos o percepciones inconscientes que pueden influir en cómo interpreta al otro.
Cuando uno de estos niveles falla, es más probable que la relación se desgaste y la marca pierda fuerza.
3. ¿Qué puedes hacer para alinear la visión con tus socios?
Aquí algunos pasos que puedes comenzar a trabajar:
Visualicen la marca como un ente propio: Más allá de ustedes como socios. Esto ayuda a tomar decisiones con objetividad.
Definan (o revisen) la misión, visión y valores de la marca: Escríbanlos y verifiquen que todos estén de acuerdo.
Modelen el negocio: Dibujar su modelo de negocio y su mercado les dará claridad sobre hacia dónde deben enfocar sus recursos.
Formalicen acuerdos: No confíen sólo en la palabra. Los contratos y actas de asamblea son herramientas que dan estabilidad.
Evalúen la cultura interna: Pregúntense cómo se viven los valores en el día a día y si están transmitiendo el mensaje que quieren.
4. Una reflexión final
Una marca que tiene éxito en el mercado es aquella que crece con coherencia, y esa coherencia comienza en la cabeza de los socios. Si cada uno empuja hacia un lado distinto, no importa qué tan bueno sea el producto: la marca terminará debilitándose.
Piensa en tu propia empresa:
¿Tienen clara la visión compartida?
¿Los valores que impulsan la marca están alineados entre todos?
¿Han pensado en su marca como algo que trasciende a cada socio?
Hacer estas preguntas puede ser el primer paso para darle a tu marca la fuerza que necesita para crecer.
Por Mónica L. Rayas
Mtra. en Derecho Comercial y de la Empresa
Desde el 2015 registrando marcas en IMPI
Consultora Estratégica de Negocios
y Propiedad Intelectual en bucle®
Psicoanalista individual y de grupos
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