Identifica tu punto de partida.

• Elige un servicio real o guiado para trabajar durante todo el curso.

• Analiza cómo funciona hoy: actores, flujos, problemas visibles e invisibles.

• Identifica los puntos críticos que afectan la experiencia o los resultados.

Resultado: mapa inicial del servicio y diagnóstico base de mejora.

Aprendes a investigar desde la empatía, sin necesidad de experiencia previa.

• Detectas necesidades reales a través de entrevistas, observación o experiencias pasadas.

• Construyes un mapa de experiencia (Journey Map) claro y accionable.

• Identificas oportunidades de mejora desde la perspectiva de las personas usuarias.

Resultado: mapa de experiencia + insights clave para guiar tu rediseño.

Pasas del caos a una hipótesis clara.

• Sintetizas lo aprendido para redactar un problema realista y relevante.

• Formulas una hipótesis de solución basada en necesidades, no en suposiciones.

• Priorizas qué parte del servicio vale la pena rediseñar.

Resultado: declaración del problema + hipótesis de diseño + dirección clara del proyecto.

Representas tu solución de forma clara y visual.

• Utilizas herramientas como blueprint, flujos y escenarios para mostrar tu propuesta.

• Preparas una simulación o narración funcional del servicio rediseñado.

• Recibes retroalimentación útil para mejorar antes de implementar.

Resultado: prototipo visual del servicio + validación o primeros aprendizajes.

Presenta una propuesta sólida, viable y con sentido.

• Construye un pitch que conecta con distintos perfiles (equipo, jefaturas, clientes).

• Identifica riesgos, aliados y condiciones para escalar tu propuesta.

Cerramos el curso con una presentación final y una ruta para seguir mejorando.

Resultado: entrega final + presentación con guía + plan de acción post-curso.